DÍA 224 • Aférrate a ello

Cuando el desconocido se dio cuenta de que no podía vencer a Jacob, lo golpeó en la cadera, y se la zafó. Entonces el desconocido le dijo: ¡Suéltame! ¡Ya salió el sol! Pero Jacob le respondió: No te suelto si no me bendices. 
(GÉNESIS 32.25–26, NTV)

Jacob estaba comprometido. No iba a abandonar tan fácilmente, aunque se encontraba en una situación que no le gustaba. De hecho, estaba sufriendo. Aquello era frustrante. Se estaba cansando. Sin embargo, siguió luchando con Dios hasta que lo logró.
 
Esta es la idea: una vez que Dios capta nuestra atención con un problema, no lo resuelve de inmediato. Espera a ver si hablamos en serio. La mayoría de las personas se escabullen o se desalienta. En lugar de aguantar y declarar: «Señor, no voy a dejar ir este asunto hasta que me bendigas, hasta que tú le des la vuelta a este asunto», abandona y acaban perdiéndose lo mejor de Dios.
 
Este tipo de compromiso puede resultar duro. Estamos tan acostumbrados a conseguirlo todo al instante —macarrones con queso instantáneos, compras online instantáneas, películas sobre demanda— de manera que si no recibo una respuesta inmediata a una oración, podríamos decir fácilmente: «Olvídalo, Señor».
 
Hagas lo que hagas, no tires la toalla. No quieres perderte lo mejor de Dios, por abandonar demasiado pronto. Hay esperanza. Aguanta. Sigue pidiéndole una respuesta a Dios, independientemente del tiempo que requiera.
 
Oración
Señor, es fácil tirar la toalla con respecto a las oraciones si una respuesta no llega al instante. Impúlsame a venir a ti en oración y a no abandonar.


Day 224 • Stick with It

When the man saw that he did not prevail against Jacob, he touched his hip socket, and Jacob’s hip was put out of joint as he wrestled with him. Then he said, “Let me go, for the day has broken.” But Jacob said, “I will not let you go unless you bless me.” 
(GENESIS 32:25−26, ESV)

Jacob was committed. He was not going to give up easily—even though he was in a situation he didn’t like. In fact, he was in pain. It was frustrating. He was getting tired. But he kept wrestling with God until he worked it out.
 
Here Is the point: after God gets our attention with a problem, he does not solve it right away. He waits to see whether we really mean business. Most people cop out or get discouraged. Instead of hanging in there and saying, “God, I’m not going to let go of this until you bless me, until you turn it around,” they give up and end up missing God’s best.
 
This kind of commitment can be tough. We are so used to having instant everything—instant mac ’n cheese, instant online purchases, on-demand movies—so if we don’t have an instant answer to one prayer, we could easily say, “Forget it, God.”
 
Whatever you do, don’t give up. You don’t want to miss God’s best because you give up too soon. There is hope. Hang in there. Keep asking God for an answer, no matter how long he takes.
 
Prayer
God, it’s easy to give up on prayers if an answer doesn’t come instantly. Prompt me to keep coming to you through prayer and not give up.