Así que si el Hijo los libera, serán ustedes verdaderamente libres.
JUAN 8:36 (NVI)
Recuerda que no necesitas la aprobación de nadie para ser feliz. La felicidad es una decisión. Eres tan feliz como elijas serlo. Lo que otros piensen de ti no puede privarte de la felicidad a menos que permitas que te la roben.
Es una verdad de la vida que en nuestro destrozado planeta, lleno de personas quebrantadas, siempre habrá quienes denigren la forma en que te ves, no les guste lo que haces, desaprueben lo que crees, disputen lo que dices y te falten al respeto. Sin embargo, ellos no pueden controlar tus emociones a menos que lo permitas. La desaprobación no tiene que devastarte.
En mi calidad de pastor, he hablado con miles de individuos que han invertido mucho de su tiempo y energía tratando de complacer a una persona imposible de contentar, por lo general un padre, una madre o algún otro familiar. Cuando les pregunto si todo su esfuerzo ha valido la pena, la respuesta siempre es «no». Entonces les digo una verdad que es dura al principio, pero que a la larga resulta liberadora: «Si no has conseguido su aprobación a estas alturas, nunca la vas a conseguir. El problema no eres tú. Ellos son el problema. Es imposible complacerlos».
Sin embargo, hay buenas noticias, una verdad que te hará libre: ¡No necesitas la aprobación de estas personas para ser feliz! Así que renuncia a seguir intentándolo. Deja de desperdiciar tu energía emocional en algo que nunca va a suceder y no es necesario para que seas feliz. Ellos son desdichados, pero tú no tienes que serlo. ¡No hay ninguna razón sensata para que seas infeliz al igual que ellos!
En lugar de concentrarte en una persona imposible de satisfacer, concéntrate en Jesús, que te acepta incondicionalmente. Mientras más importante llegue a ser Jesús para ti, más libre serás de la desaprobación de otros. El Señor lo promete. Él dijo: «Así que si el Hijo los libera, serán ustedes verdaderamente libres».
Llegar a conocer a Jesús de una forma personal e íntima puede librarte de muchas cosas: la carga de la culpabilidad, el veneno del resentimiento, el estrés del exceso de trabajo, la presión del materialismo, los hábitos de la adicción y el temor a la muerte. No obstante, una de las más grandes libertades que Jesús ofrece es librarte del temor a la desaprobación. Esto resulta esencial para la paz mental.
Si estás buscando que algún ser humano te haga o te mantenga feliz, a la larga vas a desilusionarte. Ningún ser humano tiene la capacidad de suplir todas tus necesidades y mantenerte todo el tiempo contento. Solo Dios puede proporcionarte todo lo que necesitas. Ninguna persona tiene la capacidad de darte toda la seguridad, la aprobación, la aceptación y el amor que requieres, no importa lo que te prometa. Si esperas que alguien satisfaga necesidades que solo Dios puede suplir, estás siendo injusto con esa persona, predisponiéndola a fracasar, y preparándote a amargarte.
Por otro lado, Dios repetidas veces ha prometido no abandonarte, dejarte, ni rechazarte nunca. La Biblia dice: «Aunque mi padre y mi madre me abandonen, el SEÑOR me recibirá en sus brazos». Esta es una verdad en la que puedes descansar, una roca sólida sobre la que puedes edificar tu identidad, tu seguridad y tu felicidad.
Reflexión:
¡Tienes que complacer solo a una persona! Si lo que haces agrada a Dios, eso es siempre lo correcto que debes hacer. Puedes dejar de preocuparte por la reacción de todos los demás.
DAY 42/Seventh part – The People-Pleaser Trap
If the Son sets you free, you will be free indeed.
JOHN 8:36 (NIV)
Remember that I don’t need anyone’s approval to be happy. Happiness is a choice. You are as happy as you choose to be. What other people think of you cannot rob your happiness unless you allow them to rob it.
It Is a fact of life that on our broken planet filled with broken people, there will always be those who will demean how you look, dislike what you do, disapprove of what you believe, dispute what you say, and disrespect who you are. But they cannot control your emotions unless you let them. Disapproval doesn’t have to devastate you.
As a pastor, I have talked to thousands of people who have invested much of their time and energy in trying to please an unappeasable person, most often a parent or other family member. When I ask if all their effort has paid off, the answer is always “no.” I then share the truth that is tough to take at first but is ultimately liberating: “If you haven’t gotten their approval by now, you’re not going to get it. The problem isn’t you. They are the problem. They are unappeasable.”
But here is the good news, the truth that will set you free: You don’t need their approval to be happy! So let it go! Stop wasting emotional energy on something that is never going to happen and something that isn’t necessary for you to be happy. They are miserable, but you don’t have to be. There is no sane reason for both of you to be miserable!
Instead of focusing on that unappeasable person, refocus on Jesus, who accepts you unconditionally. The more important Jesus becomes to you, the more free you will be from the disapproval of others. Jesus promised it. He said, “If the Son sets you free, you will be free indeed.”
Getting to know Jesus personally and intimately can free you from many things: the burden of guilt, the poison of resentment, the stress of overwork, the pressure of materialism, the habits of addiction, and the fear of death. But one of the greatest freedoms Jesus offers is being liberated from the fear of disapproval. That is a key to peace of mind.
If you are looking to any human being to either make you happy or keep you happy, you are going to be disappointed eventually. No human being has the capacity to meet all your needs and keep you constantly happy. Only God can meet all your needs. No person has the ability to give you all the security, approval, acceptance, and love you need, regardless of what they may promise you. If you expect them to meet needs that only God can meet, you are being unfair to them, you are setting them up for failure, and you are setting yourself up to become bitter.
On the other hand, God has repeatedly promised to never forsake you, never abandon you, and never reject you. The Bible says, “Even if my father and mother abandon me, the Lord will hold me close.” This is a truth you can count on, a solid rock on which you can build your identity, your security, and your happiness.
Reflection:
You only have to please one person! If what you do pleases God, it is always the right thing to do. You can stop worrying about everyone else’s reactions.
